Lo que dice el Banco de España sobre el cambio climático en nuestro país

Por Antonio F. Rodríguez 

El Banco de España publicó la semana pasada su informe anual 2021. En su capítulo 4 "La economía española ante el reto climático", incluye un análisis sobre el impacto del cambio climático en nuestro país. Algunas ideas que podemos extraer del informe:

  • Por supuesto, el cambio climático es uno de los mayores riesgos de la economía española en el largo plazo.
  • Existe mucha incertidumbre en la valoración económica de los riesgos físicos del cambio climático, así como de la transición. Me alegra que el Banco de España lo destaque como uno de sus mensajes principales, ya que es el tema de mi tesis :)
  • Aunque los costes de la transición son significativos, será mucho más caro si lo hacemos tarde y de forma desordenada. Este mensaje se entiende muy bien en el escenario Delayed and Disorderly del BP Outlook 2022 (pag 34): este caso estudia el cumplimiento del presupuesto de carbono a 2050, pero empezando la descarbonización 10 años más tarde (es decir, manteniendo una tendencia BAU hasta el 2030). El cumplimiento de este objetivo solo sería posible con un racionamiento severo del consumo de energía final (para 2050, debería ser en torno a un 40% menor que en el escenario de descabornización planificada). Por tanto, el mensaje es claro, y estudios poco sospechosos de heterodoxos (desde bancos centrales hasta grandes petroleras) están de acuerdo en ello: nos lo jugamos todo en esta década para cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París. En la siguiente gráfica podemos ver la estimación de impacto económico en diferentes escenarios, aunque echo de menos que muestren cuantitativamente esa incertidumbre a largo plazo (al menos con intervalos de confianza, que hablamos de un horizonte de 80 años...) que mencionaban en el punto anterior, para poder contrastarlo con otros estudios que calculan pérdidas económicas mucho mayores:

  • Este es un problema de todos: los ciudadanos, la industria, el sector financiero... todos debemos aportar a la solución. Sin embargo, el gobierno debe ser el que lidere y marque el paso, ya que es el que tiene mayor legitimidad y herramientas para hacerlo. Además, es importante que genere certidumbre en la transición para favorecer la toma de decisiones racionales y calculables. Históricamente hemos sufrido de poca estabilidad política y jurídica en España (un buen ejemplo fue el paso del impulso al autoconsumo al impuesto al sol), esperemos que en adelante podamos tener menos bandazos.
  • Hace tiempo ya lo dijo el actual gobernador Hernández de Cos: no existe cultura de datos en España. Y estos son indispensables para el diseño y evaluación de políticas climáticas. Justo ahora estoy supervisando un TFM sobre modelización de la demanda energética con resolución horaria de diferentes sectores industriales, y es una pesadilla comprobar la dificultad que existe en nuestro país para encontrar datos fiables, sin capacidad de desagregar por subsectores con patrones de consumos muy dispares, o con una falta de homogeneidad tremenda... Quedando en la mayoría de casos a merced de la buena voluntad de las empresas suministradoras que quieran compartir sus datos con el formato que ellas quieran. Hace falta contar con datos públicos de calidad si queremos planificar de forma eficaz.
  • El impacto del cambio climático será asimétrico entre regiones, sectores, empresas y hogares: en este sentido, el informe deja ver que aquí se libra una de las principales batallas de la transición
    • La península ibérica será una de las regiones más perjudicadas de Europa, y dentro de esta, las regiones del sur se verán especialmente afectadas (destaca la reducción de precipitaciones anuales).
    • Dentro de cada sector económico, serán las empresas de menor tamaño las que se verán más afectadas. Esto se debe a su mayor dificultad para prepararse y adaptarse a los cambios. Entre los principales riesgos, destacan la inflación y mayores cargas administrativas (la verdad que esto último no lo entiendo muy bien...).
    • Los hogares más afectados serán los de menor renta, cabezas de familia entre 35 y 45 años, zonas rurales, menor nivel educativo y con mayor número de miembros. Estos grupos se verán especialmente afectados por el incremento de precios de los bienes y servicios más contaminantes.
Estas asimetrías deben ser reducidas para que la transición sea posible y no nos enfrentemos a su rechazo social. La transición debe ser justa, por motivos éticos, pero también de eficiencia. 

  • España se encuentra muy por debajo en materia de imposición ambiental con respecto al resto de Europa. Esto contrasta con algunos discursos políticos que escuchamos estos días, especialmente en lo que se refiere a las medidas excepcionales de bajada de impuestos indirectos de combustibles, de lo que ya hablamos en esta entrada.





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