¿Qué se espera de la COP26 y por qué es tan importante?

Por Antonio F. Rodríguez

Del 31 de octubre al 12 de noviembre se celebrará en Glasgow la 26ª edición de la Conferencia de las Partes (COP26) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), y todos los ojos están puestos en ella por lo "especial" de esta cumbre.

El Acuerdo de París (negociado en la COP21) tiene como objetivo principal que el aumento de la temperatura de la Tierra se mantenga "muy por debajo" de 2ºC, idealmente 1.5ºC (de ahí el nombre de este blog). Para conseguirlo, el mecanismo principal es el NDC (Contribución Determinada a Nivel Nacional): cada país decide de forma voluntaria la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la que se compromete y el plan de acciones que llevará a cabo para lograrlo. El Acuerdo de París funciona con un ciclo de 5 años, por lo que todos los países deben presentar su primer NDC a los 5 años de firmarse el acuerdo, y actualizarlo (siempre aumentando la ambición climática) también cada 5 años. La COP26 es la cumbre en la que se vence el plazo para que todos los países firmantes presenten su primer NDC.

Todos los ojos están puestos en China e India, que aún no han presentado sus NDCs. China es el mayor emisor del mundo con un 27% de todas las emisiones globales, más que toda la OCDE junta. Xi Jinping anunció el compromiso de cero emisiones netas para 2060 (alcanzando el pico de emisiones antes de 2030), pero todavía no han dicho cómo pretenden alcanzar este objetivo tan ambicioso. En plena crisis energética (con los precios de los fósiles disparados), China está sufriendo graves dificultades en su suministro energético que ya está afectando a las cadenas de producción de todo el planeta (y lo peor se espera para el frío invierno), así que las negociaciones se avecinan difíciles. Por su parte, India también está atravesando una situación delicada, con fuertes problemas para cubrir su demanda energética. Este país es el segundo mayor consumidor y productor de carbón a nivel mundial (después de China), con un 70% de su electricidad generada con este combustible. La COP26 tiene como uno de sus principales objetivos salir de allí con un compromiso de todos los países para el abandono del carbón, por lo que la coyuntura en India no pone las cosas fáciles.

Además de la preocupación por lo que hagan China e India, otros países importantes por su participación en las emisiones (principalmente productores de combustibles fósiles como Arabia Saudí, Rusia y Australia) no parecen tener mucha intención de mejorar sus compromisos climáticos. Teniendo en cuenta que la UNFCCC avisó el mes pasado (en uno de sus informes preparatorios para la COP26) que, con los compromisos actuales, el calentamiento global alcanzaría 2.7ºC, la preocupación es máxima.

Existe bastante consenso científico en que sólo se podrán alcanzar los objetivos del Acuerdo de París si se hacen bien las cosas durante esta década (2020-2030). Para entender bien lo urgente de la situación, podemos acudir a los (siempre demoledores) informes del IPCC, donde explican las consecuencias presentes y futuras del cambio climático. También podemos acudir a otras fuentes que ilustran bien el problema, como el informe BP Outlook 2020 (uno de los informes energéticos anuales más reputados del mundo), en el que presentan un escenario (llamado Delayed and Disorderly) en el que se analiza qué pasaría si hasta 2030 se mantuvieran los compromisos actuales, y a partir de ese año se hiciera todo lo necesario para reducir las emisiones en un 70% para 2050 (requisito indispensable para poder alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de 2ºC). El resultado es devastador: con el avance tecnológico previsto, solo se podría conseguir esa reducción de emisiones con un racionamiento severo del consumo energético, reduciéndolo prácticamente a la mitad. Para hacernos una idea, habría que apagar un consumo en edificios equivalente al de toda la Unión Europea y reducir los vuelos a la mitad, entre muchas otras medidas de racionamiento que afectarían de forma similar a todos los sectores. Sabiendo que los NDCs no se actualizarán hasta dentro de 5 años, los compromisos que salgan de la COP26 serán los que definan esta década.

En definitiva, el tiempo se nos echa encima y la COP26 será decisiva. Estaremos atentos a lo que vaya pasando.

Comentarios